martes, 5 de febrero de 2019

Ansiedad o la zozobra del ánimo.

¿A qué mola la palabreja? Zozobra, del verbo zozobrar. Prueben a repetirlo muchas veces seguidas... ¿Ya? Lo único que han conseguido es parecer un poco imbéciles, por lo demás nada interesante. Así pues y tras esta absurda introducción, vamos al lío. 
El diccionario de la RAE define la ansiedad como un "estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo" y desde un punto de vista médico "angustia que suele acompañar a muchas enfermedades, en particular a ciertas neurosis, y que no permite sosiego a los enfermos".
Vaya panorama oiga: zozobra del ánimo, neurosis, falta de sosiego... Yo padezco de ansiedad y es cierto que lo de la agitación, la inquietud y la falta de sosiego es algo que uno no termina de quitarse de encima por mucho que lo intente, al menos yo no puedo. A ratos sí claro, a días incluso, pero la puñetera zozobra termina por volver cuando menos te lo esperas, así, sin preguntar ni pedir permiso. Hay que joderse con la zozobra. Yo padezco zozobra de esa, pero no soy un neurótico... creo, al menos nadie me lo ha diagnosticado, así que me acojo al derecho a la presunción de inocencia o de no ser un neurótico. Básicamente porque la neurosis se caracteriza por la inestabilidad emocional y yo, zozobrar zozobro de vez en cuando, pero no me tengo por ser un inestable emocional, aunque eso mejor preguntárselo a los que me conocen, igual os dicen que sí, yo qué sé. Pero ojo, que si al final resulta que soy un neurótico pues bienvenido sea, lo llevaré con dignidad y con la cabeza bien alta, todo lo que me permita el cuello elevarla.
Si alguno de ustedes se ha leído mi libro ya sabrá que a mi lo de los locos, orates, idos, majaretas, chiflados y demás siempre me ha gustado, creo que es porque como a veces este mundo nuestro da un poco de asco, uno desearía estar en otra parte, si no físicamente, si mentalmente. Y eso hacen los orates, digo yo. Cogen su mente y se largan con viento fresco. Y adiós muy buenas. Esos no zozobran ni nada. Van a la suya. Que vivan los locos. Y los monos. Los monos tampoco padecen de ansiedad, al menos mientras no se mezclen con nosotros los humanos. Toda esa mierda mental que nos provoca zozobra del ánimo es cosa nuestra y de nadie más. Va con nosotros, de serie. 
Y por hoy ya está bien, esta es mi reflexión de hoy. Quede claro que con zozobra o sin ella he intentado hacerlo lo mejor posible y me he esforzado por transmitir... algo, no sé qué.

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