lunes, 28 de mayo de 2018

Séneca y la Honestidad.

"Lo que la ley no prohíbe, puede prohibirlo la honestidad."
Y cuanta razón tenía el bueno de Lucio, yo puedo llamarle así pues somos viejos conocidos, los que no tengáis esa suerte recordad que en la antigua Roma, el praenomen (algo así como nuestro nombre de pila) no se usaba tan a la ligera como hoy en día... los romanos eran muy amigos de respetar las formas, esas mismas formas que hoy día se denostan y desprecian sin ningún miramiento. Consejo para el viajero temporal: Si viajáis a la antigua Roma y os presentan a alguien deberéis usar el cognomen, en este caso, Séneca. Anneo (Lucio Anneo Séneca) se refiere a su gens, a su familia en un sentido amplio. Repito, si por casualidad os da por hacer un viaje en el tiempo y os cruzáis con alguien como Cayo Julio César, nada de llamarle Cayo... por la cuenta que os trae. Avisados quedáis.
Al lío que ya he escrito medio post y no he dicho nada de lo que quería decir ¿Y qué es lo que quería decir? Pues sinceramente no lo sé muy bien, por eso sigo dándole al teclado a ver si a base de improvisar me sale algo decente... Ah, sí. Os comentaba que cuanta razón tenía el bueno de Lucio Séneca al afirmar aquello de que "lo que la ley no prohíbe, puede prohibirlo la honestidad"
Honestidad... ahí os dejo esa palabra (ya os advertí que soy muy de palabras y de diccionarios) para que reflexionéis acerca de ella, yo el primero.El que es honesto es recto, probo y honrado. Decente y decoroso. Recatado, pudoroso, razonable.... y justo. Que montón de cosas ¿no? 
A la pregunta de si somos honestos seguro que todos habríamos respondido que sí... ¿pensamos lo mismo ahora? Ser honesto no es cosa fácil. Lo que es fácil exigir honestidad a los demás empezando por los políticos, cosa que el bueno de Séneca hizo... y así le fue. De destierro en destierro y tiro porque me toca y al final suicidio forzado. Es lo que tiene trabajar para Nerón. Un tarado.
Con respecto a la honestidad ¿Somos igual de rápidos al exigirla que al ejercerla? No seré yo quien responda, mas que nada por que no me da la gana, lo que quiero es haceros pensar... aunque sea un poco. Vivimos tiempos difíciles para la Honestidad. Es complicado ser honesto, es más creo que el que es honesto hoy día puede pasar hasta por tonto. Pero sin honestidad, sin rectitud moral, sin honradez, sin justicia no hay nada. La honestidad debería construirse desde lo más pequeño, empezando con la propia honestidad. Si nos vamos engañando a nosotros mismos ¿adónde pretendemos llegar? Es tan fácil como cómodo desde el punto de vista moral exigir honestidad al vecino, al político, al jefe, a la pareja, a los hijos, a los amigos.... ¿Y a nosotros mismos? Quizás deberíamos empezar por ahí. Y como siempre me ha gustado tocar un poquito las pelotas voy a rizar el rizo antes de terminar ¿Es necesario ser honesto para exigir honestidad a otros? Ahí lo dejo...


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